20070421

Temas: Javi y yo

Algunas noches al mes, se arma, sin previa organizacion ni intenciones, una candente noche de copas en mi casa. Suele ser consecuencia de la sed de alguno de los compañeros del piso, "Compramos una cerveza?", y causa, sin falta, de unas resacas de ciudado . De la cerveza, al ron, chinchon, o aveces , como fue el caso de ayer, el tequila pasamos sin pena alguna, y sin darnos cuenta, la mesa esta rebosando de vasos,cascos, colillas, el ipod ha pasado de tocar algun chill-out fondero a puro y duro reggeaton (como me gusta el reggeaton) , y a Javi y a mi nos ha llegado la hora de empezar a pelear.

Estas "tertulias", insignificantes y anecdoticos como lo son(no somos los unicos amigos que se reunen para beber ni mucho menos los unicos que al hacerlo terminanda discutiendo), me resultan en la resaca del dia despues tanto fascinantes como inquietantes.

Por primera vez en mi vida "adulta", esta etapa de convivencia selectiva no-familiar, vivo con personas con las cuales comparto una afinidad digamos que ideologica. Tanto asi, que al buscar a un compañero faltante, no dudamos incluir en el criterio de seleccion el excluir a votantes de tal o cual partido. Por la tranquilidad que eso nos brindaba, y la seguridad casi absoluta, de poder encontrar asi a alguien que no "interumpiera" (con una diferencia de opinion) nuestro "estilo de vida". Sin embargo, la afinidad , este espacio comun generado por el compartir de ciertos principios, no implica, que ni la experiencia ni la educacion que nos condicionan y motivan sean semejantes. Las mias y de Javi son, como demuestran nuestras encendidas y corajudas discusiones, radicalmente diferentes.

Javi, el compi en cuestion, proviene de una region de España duramente afligida por el nacionalismo vasco, una “tierra de nadie” en la cual parece ser que con el acta de nacimiento se te imputa la obligación de elegir un bando, y defenderlo , muchas veces con un extremismo simbólicamente, fisicamente, violento. En el proceso de “confirmacion” de tu posición, muchos jóvenes se ven seducidos por el bando mas romantico y trágicamente contradictorio a lo que un joven puede pensar y ser, y terminan años mas tarde, desgastados pintando paredes (o quemando cajeros) por una causa que nunca han terminado de entender y habiendo sido confinados a pensar,ver y conocer solo como lo hace la parte mas pequeña de un pais tan dividido.

Yo por otra parte, provengo de un espacio geográficamente indefinible “ni de aquí ni de alla” (seria inútil intentar afirmar con conviccion y firmeza que me siento de un pais o de otro), tambien tierra de nadie, tambien caudal de conflicto. Pero sin una frase, un discurso claro, sin una causa concisa que grafitear y en la busqueda, constante y desesperada de algo en que creer tan profunda e inequivocamente como para hacer pintas o incluso quemar, si hiciera falta, uno que otro cajero.

Los dos somos jóvenes, nacidos y criados en el seno de familias de izquierda, con esa herencia iberoamericana de los que somo hijos de nuestros padres que vieron, creyeron y defendieron una izquierda muy diferente a la que en sus manos ahora ha resultado, pero con una diferencia fundamental. Javi, asi como Irene, y la mayoria de los españoles que he conocido, tiene claro y entiende lo que representa y defiende cada bando. Donde se encuentran, y que define, los limites entre la izquierda y la derecha. Sus asociaciones son inmediatas e incluso a este edad ya inamovibles: iglesia=facha, patria=facha.

Yo, no tengo mas que la claridad en cuanto a lo que me parece que sea lo correcto, sin saber necesariamente quien lo(me) representa. Partiendo desde la compleja y enrevesada realidad socio-politica latino y norteamericana en yuxtaposición a mi propia definición de lo justo, lo legal, y lo que significa la dignidad.

Discutimos EUA, España, Mexico, Centroamérica, la mara salvatrucha, el narcotráfico, politicas de migración, las elecciones de Francia, la dinamica (o mas bien la ausencia de dinamica) de integración en nuestro propio barrio…todo cuanto sepamos o nos podamos imaginar saber. Pero la mitad del tiempo, y en cuanto nos damos cuenta lo aclaramos y corregimos, parece mas que en vez de discutir estuvieramos comparando nuestras condiciones , intentando ganar el premio al mas desamparado, el mas miserable, el mas jodido por un mundo que te obliga a elegir y perderte de la "posibilidad" o que te deja, entre lo que nos espera en el futuro, con sus hipotecas y creditos, trabajos de 9 a 6 y vacaciones VTP a la playa, neutralizado y adormecido, sin intencion ni ganas de elegir mas que entre gasolina sin plomo o diesel.

Y yo, que sigo sin saber donde estoy parada.

Las discusiones, en las cuales en un principio participan todos y al final quedamos solo Javi y yo, suelen terminar de la misma manera; nos vemos interrumpidos por algun amigo, cansado de escucharnos, aburrido por la repeticion noche tras noche de los mismos temas, la necesidad de ir a por tabaco o alcohol o simplemente las ganas de salir "por ahi".

Pero siempre, sin falta, me quedo desarmada, con una sensacion de envidia reencorosa, y aferrandome como ultimos argumentos a una retorica anti-europea desgastada y convenenciera que poco se adhiere a lo que defiendo como mi propio discurso. Quiza la diferencia esta entre sentir que haz ganado la batalla mayor, aun que no hayas ni luchado, como es el caso de unos tantos de nuestra generacion de españoles, y sentir, abrumada y decepcionada, que las batallas son tantas, que no quedan grandes victorias, solo pequeñas conquistas, dudosas y enredadas.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Quizá de lo que se trata, entre otras muchas cosas que dices, es de la conciencia de vivir en una frontera (o un limes, como lo prefieras). Un límite que separa lo de dentro de lo fuera (lo bueno de la malo, lo mío de lo ajeno, yo de lo otro...) pero que, paradójicamente, es lo único que puede hacer que tanto lo uno como lo otro se destaquen. Vivir en la frontera es vivir en un paso, estar aquí y allí y estarlo al mismo tiempo. Es por eso que esa conciencia española, europea (falsamente europea, pero eso es otra cuestión) te resulta ajena. ¡Esa centralidad de lo propio!
Claro que es precisamente esa centralidad de lo propio lo que nos hace vivir atados a los grandes sistemas. ¿cómo no ser algo tan sólido como "yo" si vivo en algo tan sólido como el centro, en algo tan lejano del borde, del abismo? Y no es que no hayamos hecho ninguna gran revolución, sino ni tan siquiera una pequeña revuelta. Ya nos ves, pendientes de la bolsa (y de la bola, como en un inconsciente error tipográfico he escrito antes de corregirlo), del tipo de cambio,..., pero también, no lo olvides, del reggeton (o como se escriba), de la última moda o del penúltimo avance de algún gadget de tecnociencia. "Ent-retenidos". Yo, que quisiera ser el dios de las pequeñas cosas, sólo quisiera decirte que no estáis tan lejos Javi tú. Es cuestión de tiempo y de acontecer.
No

Creative Commons License
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.
Powered By Blogger